Soleil

 

Un RPG que se precie ha de tener una buena historia. La de Soleil no es muy complicada, pero no por eso deja de ser interesante: en la intro te explican que los monstruos han dejado de temer a la luz y han empezado a campar a sus anchas por el mundo, produciéndose diversos enfrentamientos con los humanos. Una vez empieza la partida, estás en tu fiesta de cumpleaños y te regalan una espada, como manda la tradición en la ciudad, cosa que te permite ir al campo de Rafresa a entrenarte para más adelante combatir a los monstruos. Cuando empiezas a viajar por el mundo de Soleil se produce un cambio, los humanos pierden la capacidad de comunicarse entre ellos, pero tu consigues la facultad de hablar con los animales y las plantas. De esta manera, con la ayuda de tu perro y varios animales más viajas por el mundo de Soleil y tras varias aventuras devuelves la facultad del habla a los humanos (con una visita a Dios, subida a la Torre de Babel incluida) y descubres el motivo de los ataques de los monstruos, a quienes ayudas a volver a su mundo original.

Una persona sola no puede salvar el mundo, es una tarea titánica y más todavía para un niño de 14 años. Y si no puedes contar con los demás humanos, que mejor que hablar con Tintín, tu perro, para lanzaros los dos juntos a recorrer mundo. A lo largo de la historia se irán sumando varios animales más hasta un total de 15, tres de los cuales los alquilas a un cerdo comerciante (hablo en sentido literal, el que los vende es un cerdo, no penséis mal). Lo original del juego radica precisamente en el papel de los animales, ya que ellos son las habilidades que vas «aprendiendo» a lo largo del juego. Así, el perro Tintín paraliza a los enemigos para que tú acabes con ellos con tu espada, Pingüi el pingüino congela a los enemigos, Carlos el guepardo aumenta tu velocidad, Misi el gato te revive al morir (si lo tienes alquilado)… Puedes tener un máximo de dos animales a la vez, asi que de ti depende escoger qué dos llevas contigo en cada momento para aprovechar sus habilidades al máximo (Pingüi funciona muy bien en la playa o el desierto, pero no en las zonas heladas), lo que da un pequeño toque estratégico al juego, ya que muchas veces puedes optar por diferentes combinaciones de animales para progresar en él. Todo depende de que poderes te guste utilizar más.

Jugar a Soleil es muy sencillo, con el botón A atacas con la espada y manteniéndolo pulsado la lanzas (tras hablar con el maestro para que te enseñe a lanzar espadas), con el botón B saltas (después de que Tintín convenza a la liebre para que te enseñe) y, por último, pulsando abajo los animales se colocan delante tuyo y te protegen o bien utilizan su habilidad, dependiendo de cada caso.

Las habilidades de los animales son automáticas, así por el simple hecho de llevar a Carlos contigo correrás más rápido, o por estar acompañado de Dodo los enemigos se engancharán a tu espada. Sólo en ciertas ocasiones habrá que utilizar el botón B para hacer uso de las capacidades de nuestros amigos.

Y esto es todo lo que hay que saber para jugar a Soleil, como podéis comprobar el control es sencillísimo, cualquier jugador puede acceder a esta aventura sin necesidad de ser un experto en rol ni mucho menos. Esta sencillez, como contrapartida, provoca que todo sea muy sencillo, aunque la curva de dificultad está muy bien ajustada (tampoco es que llegue a ser nunca muy difícil). De hecho, avanzar por la geografía de Soleil no suele dar muchos problemas, tal vez en Iris sea donde esté la cosa más complicada. Los jefes finales tampoco entrañan una dificultad muy grande, tan solo se trata de descubrir la manera de derrotarlos, aunque en algunos casos no es fácil ver el truco para acabar con ellos.

Soleil es un juego de rol de acción (en realidad es más bien una aventura), es decir, tiene combates activos y sin turnos. Los enemigos son muchos y has de luchar constantemente para avanzar, ahora bien: también es cierto que puedes esquivarlos fácilmente si quieres eludir un combate, pero es recomendable acabar con cuantos más mejor, ya que algunos sueltan regalos en forma de moneda que luego puedes utilizar.

La aventura también tiene diversos puzzles, y algunos de ellos son complicados. De hecho, son la mayor dificultad del juego, ya que no se reducen a mover la palanca adecuada o saltar sobre el interruptor acertado, muchos son más elaborados. La torre de Babel tiene varios puzzles complicados que hacen que te cueste llegara la cima, en Iris has de resolver un acertijo trasladando a animales (un clásico) y el desierto de Camelia es un verdadero laberinto de trampas y arena.

Antes he hablado de monedas, y es que en algunos momentos del juego se necesita dinero para avanzar: el maestro solo te enseña a lanzar la espada si le pagas, las flores refrescan su memoria con los milines (la moneda de Soleil), hay tres animales que solo los obtienes si los alquilas… ¡Incluso puedes sobornar al guepardo Carlos para que corra más lento en una carrera!

La aventura es algo lineal, pero hay algunas misiones paralelas que puedes cumplir. Por el juego, además, hay esparcidas algunas manzanas doradas, cada una de éstas incrementa tu máximo de vitalidad (marcado también con manzanas), así que puedes dedicarte a buscarlas. Algunas se consiguen ayudando a los animales (por ejemplo, arreglando la casa de las ardillas) o pagando a una sirena la nada despreciable cantidad de 800 milines. En el campo de Raflesia hay tres niveles de entrenamiento, no es obligatorio pasarlos, pero al obtener las tres medallas el rey te obsequia con una espada nueva.

Como curiosidades tenemos una pareja de novios que se fugan y que puedes espiar en Playa Anémona, ¡Y un cameo de los grandes, Sonic aparece tumbado tomando el sol en la playa! Pero, eso sí, el erizo no es muy amable con nosotros que digamos…

En su momento fue un gran juego y hoy sigue siendo recordado con cariño por mucha gente. Algunos lo acusan de parecerse mucho a Zelda, pero Soleil logra crear un estilo propio gracias al uso de los animales. En definitiva, todo amante de los juegos de rol debería jugarlo, pues Soleil es uno de esos lanzamientos para el que no pasan los años.